Un ejemplo más de lo escasas que se quedan las leyes de protección animal.

Cada perrico o gatico que entra en Amigo Mío es una historia especial, que a l@s voluntari@s nos aflora un montón de sentimientos y emociones, y que cuando es adoptado por una familia, y se va, nos deja un pedacito de su alma a cada un@ de nosotr@s.

Queremos compartir con todo el mundo lo que sentimos en nuestro día a día y para ello hemos elegido la historia de Moritz, un galgo que recogimos al borde de la muerte y que en estos momentos se está recuperando poco a poco.

Nos gustaría que a través de Moritz pudierais sentir, la rabia e indignación que nos invadió al ver el estado en el que se encontraba, la tristeza al llorar su dolor o la alegría al comprobar cómo está mejorando.

Para ello hemos creado "El diario de Moritz", un espacio donde será el propio Moritz, a través de su mirada, el que os irá contando cómo se encuentra y cómo va mejorando. Compartirá sus dudas e inquietudes, sus miedos o su felicidad, no sólo para contar su historia, sino para que también podáis conocer parte del trabajo que se realiza desde la protectora.


Esperamos que el final de este diario se traduzca en encontrar una familia que le de a Moritz el amor y el cariño que se merece.


Mi vida va cambiando a mejor...

Durante mi ingreso, me sacaban de paseo e incluso tomábamos un refresquito en una terraza.


 
 

Conocí a nuevos amigos perrunos, Rita "Flor" y Sr. Trosko

El 22 de marzo de 2014 me dieron el alta clínica

Estrenando un collar que me han regalado para que no roce con mis heridas.

Voy descubriendo lugares y conociendo sitios por los que nunca había pasado. Siempre camino acompañado y me voy acostumbrando a los ruidos de la ciudad.




Estoy muy contento.



Desde que salí de la clínica comparto piso con voluntarios de la protectora "Amigo Mío".

Me adapté muy bien, a por lo primero que fui ... a pillar la colchoneta "relaxing".

Ahora estoy en una casa de acogida. Vivo con una perra y una gata.
 
Issa conociendo a su compañero de piso.


 
                                                                    
 
Y a veces voy a otra casa a pasar unos días, donde también hay un amigo perruno.
Ellas le llaman "custodia compartida".
 

Curioseando el exterior.

Dicen que además de pasear muy tranquilo, en casa me porto muy bien. Siempre tengo agua fresca, me dan comida, las medicaciones que aún llevo, me ponen un líquido en las heridas que hace que se me vayan.

No me hago nada en la casa porque como veo que los otros perros se esperan a salir a la calle y les dicen que muy bien, yo me espero también y se alegran mucho.

Desde que me recogieron esa noche ya no tengo dolor, ni sed, ni hambre y sobre todo, ya no tengo miedo. 

Me hablan mucho, me tocan despacito y me rascan. Dicen que no parezco el mismo. 
 
Creo que hay un dicho que dice: " Que la confianza da asco", bueno pues yo hice acopio, y ya he pillado el sofá.



Me llaman a veces "Morrito de Lápiz"


















 
Sigo con revisiones, vamos a la clínica y se alegran mucho de verme. Yo también.

1 comentario: